Tuneando la oficina hicimos estas fotografías. Llevábamos bastante tiempo con la idea en la cabeza. La oficina la encontrábamos vacía, le faltaba vida. Las paredes, blancas, las mesas, los caballetes y los muebles, blancos. Todo era blanco, muy blanco. Tan blanco que si cualquiera de los dos nos apoyábamos en la pared en pleno invierno, nos mimetizábamos cual camaleón al acecho de su presa. En verano, una vez recibidos los rayos de sol, no sucederá esto. Dándole vueltas al tema llegamos a la conclusión de que una ayuda externa sería la solución. No hubo que buscar demasiado. La primera persona que nos vino a la mente fue la persona idónea. Uxue Merced. Le contamos las maravillosas ideas que teníamos en mente. Este póster aquí, una maceta allí, un jarrón de dinastía Ming en aquella esquina y el calendario Pirelli en mitad de la pared. Una vez recuperada del shock, Uxue hizo lo que mejor sabe hacer. Ignorarnos. Y después de esto, organizó y le dio una nueva cara a nuestra pixeloficina. Con el resultado estamos encantados. Uxue Merced es una máquina llena de pura energía. Por cierto, se me olvido preguntarle que hago con el calendario. ¿Me dejará mi mujer colgarlo en el salón?
Tuneando
