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Jessica Fletcher

Observando. Así le hemos pillado a usted, señora. Cual sagaz detective. Se gasta un aire a lo Jessica Fletcher. La Fletcher era una señora muy gafe que allí donde iba, alguien moría. Para rato le invito yo a mi casa. A la Fletcher, no a usted. A usted, me lo pienso,que tampoco la conozco.
¿Nunca le habían dicho que se parecen? Pues ahora voy yo y se lo digo. Del disfraz detectivesco que usted utiliza no puedo poner pegas. Quizás una ligera falta de accesorios. Las gafas, correctas. La gabardina, adecuada. El foulard (leo en Google que se escribe así aunque yo hubiera puesto fular, a secas), pashmina, pañuelo, echarpe o lo que sea que lleve usted al cuello (para mi todo es lo mismo, para mi mujer seguro que no), precioso. El peinado, le favorece. Bonito paraguas también. Ideal para la lluvia, aunque no para el sol, al ser transparente, no da sombra. Pero le falta algo. No sé. Tal vez un periódico con dos agujeros por donde escudriñar con disimulo lo que se cuece en el interior de la peluquería de José Garcia. Por lo demás, perfecto. Lo que no puedo evitar es pensar qué se le pasa por la cabeza en ese preciso instante. Su gesto parece indicar que algo no le gusta. Tal vez piense aquello tan manido de “estos jóvenes de hoy en día se hacen unas cosas…”. Pero esto solo es un suponer. Nunca sabré qué pasaba por su cabeza en ese instante. Lo único que tengo claro es que esta foto de Gorka me encanta. Por espontánea. Por fresca. Por curiosa. Y me refiero a la fotografía, no a la señora. Un abrazo desde aquí a Angela Lansbury, a la auténtica y a su doble.

Instante

Instante. Instante es según la RAE una porción brevísima de tiempo. Pues no podemos estar más en desacuerdo con la Academia de la Lengua. Hablemos de una fotografía. Capta un instante que dura toda la vida. Tal vez parezca una contradicción y tal vez lo sea. Pero a parte de que me gusta llevar la contraria, no es menos cierto que cuando hablamos de fotografía hablamos de instantes que perduran. Ese «click» guarda una mirada, un beso, una sonrisa. Cualquier gesto. Queda congelado para que no se pierda, para que no se estropee. Para que, cuando los años pasen y los recuerdos comiencen a desenfocarse, cuando las evocaciones comiencen a disiparse entre montañas de vivencias más recientes, podamos mirar esa fotografía y que ese momento concreto cobre vida, ese instante congelado tenga movimiento. Cerraremos los ojos y volveremos a escuchar a nuestros amigos y familiares, tal vez intentemos dirigirnos a ellos con el esperanza de que nos oigan. Volveremos a sentir aquella brisa al atardecer en Bodega Otazu , notaremos el tacto de aquellos abrazos y la humedad de aquellas lágrimas. Sabiendo que esa magia desaparecerá cuando abramos los ojos, disfrutaremos del momento. Por eso es tan importante una fotografía. Por eso, porque es un instante que dura toda una vida.

Fotografía: Gorka Alaba
Fotografía: Arantxa Egüés

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Espíritu

Espíritu Pixelart.O al menos eso aparentamos ser Gorka y yo en esta fotografía. Espíritus. Aitziber perfectamente encuadrada. A foco. Y ahí estamos también Gorka y yo. Reflejados en el cristal del coche. Un cristal que nos delata. Nos gusta pasar desapercibidos. Nos sentimos muy cómodos estando sin estar. Ser los mas discretos posible es una máxima que tenemos en Pixelart Creativos. Es el espíritu Pixelart. A veces es difícil lograrlo, prácticamente imposible. Se pueden dar muchas circunstancias en un día de boda que hacen que el foco se ponga sobre uno de nosotros sin poder evitarlo. Una Iglesia pequeña, un salón de actos estrecho o una casa en la que entre familia, amigos, a veces el perro y nosotros, ser invisible es misión imposible. Pero en la mayoría de las ocasiones lo logramos aunque sea a medias. Como en esta fotografía. Ahí estamos sin estar. El espíritu Pixelart o los espíritus Pixelart mejor dicho. Y que quede claro que hemos dicho espíritus, no fantasmas. Que a veces, también. Tampoco vamos a engañarnos.

La furgo-fiesta

Prefiero llamarle furgo-fiesta. También le podríamos llamar la volksjuerga, la fragoparty o incluso la furgoneta fantástica. El caso es que era eso. Una furgoneta. Una de esas tan chulas que tenemos tan idealizada. Hay quien las relaciona con el mundo hippie, otros las relacionarán con el surf, y otros, quizás los menos, entre los que me encuentro yo, las relacionamos con Scooby Doo. Pero a lo que iba. Emma y Alejandro se casaron en la imponente catedral de Santa María de Pamplona. Edificio gótico que data de los siglos XIV y XV aproximadamente, si bien la fachada se creo en el siglo VXIII. Ahí os dejamos el dato para que conste que tenemos estudios.
Una vez concluida la ceremonia una sorpresa le esperaba a la pareja a la entrada del atrio. Una Kombi de Volkswagen, modelo creado en Alemania en el año 1950 (la exhibición de datos y fechas de este post sigue siendo memorable). Este modelo originariamente no traía de serie neveras, bebidas ni unas etapas imponentes. Pero este modelo en concreto, el que apareció al final de la calle Curia incorporaba todos estos elementos y más. Entre los extras se encontraban muchas ganas de fiesta, unos grandes amigos y un iPhone que podemos confirmar que data del siglo XXI. Inolvidable el trayecto desde la parte vieja de Pamplona hasta la Bodega Otazu. La música a todo trapo advertía a todos los viandantes que en ese vehículo viajaba la fiesta. Viajaba la alegría. Viajaba una boda. Una boda del siglo XXI. Si Ventura Rodríguez levantara la cabeza…¿Que quien es Ventura Rodríguez?, ¿Empiezo?

Poses

Poses. Tal vez sea la palabra más temida por la mayoría de las parejas que se enfrentan a un reportaje de bodas. Al menos para las parejas que pasan por nuestra oficina. Un minucioso estudio realizado por nosotros mismos lo corrobora. Y nosotros, que somos muy comprensivos, optamos por apoyar la teoría de la pareja, dándoles la razón: «No somos modelos», «por eso elegimos nosotros estar detrás de una cámara y no delante (por eso, y por las nariz xxl que llevamos a cuestas)», «preferimos fotografías que cuenten lo que está pasando»… En este punto me detengo. En las bodas continuamente suceden cosas y no siempre alrededor de los novios. Miles de detalles. Pero alrededor de los novios también suceden, muchas. El amigo que sólo se acerca a saludar, el señor que demuestra toda su fuerza golpeando la espalda del novio mientras le abraza o la vecina que, fruto de esas casualidades de la vida, justo se asoma al balcón cuando sale la novia de casa. Es el caso de esta fotografía. A nosotros estos momentos nos encantan, todo lo que sucede alrededor de la pareja se puede convertir en una gran foto. Sólo es necesario, estar atento, estar en el sitio adecuado y sobre todo, llevar la cámara encima. De lo contrario, mal vamos.