Poses. Tal vez sea la palabra más temida por la mayoría de las parejas que se enfrentan a un reportaje de bodas. Al menos para las parejas que pasan por nuestra oficina. Un minucioso estudio realizado por nosotros mismos lo corrobora. Y nosotros, que somos muy comprensivos, optamos por apoyar la teoría de la pareja, dándoles la razón: «No somos modelos», «por eso elegimos nosotros estar detrás de una cámara y no delante (por eso, y por las nariz xxl que llevamos a cuestas)», «preferimos fotografías que cuenten lo que está pasando»… En este punto me detengo. En las bodas continuamente suceden cosas y no siempre alrededor de los novios. Miles de detalles. Pero alrededor de los novios también suceden, muchas. El amigo que sólo se acerca a saludar, el señor que demuestra toda su fuerza golpeando la espalda del novio mientras le abraza o la vecina que, fruto de esas casualidades de la vida, justo se asoma al balcón cuando sale la novia de casa. Es el caso de esta fotografía. A nosotros estos momentos nos encantan, todo lo que sucede alrededor de la pareja se puede convertir en una gran foto. Sólo es necesario, estar atento, estar en el sitio adecuado y sobre todo, llevar la cámara encima. De lo contrario, mal vamos.
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