Abro youtube. Pincho en el buscador. Tecleo “The dressmaker soundtrack”. Ahí está. Ya suena. Espero a que llegue el minuto de la nostalgia. 2´25” de tema exactamente. Es empezar a escuchar y concentrarme. La importancia de la música. A mi en particular este estilo es el que me llena, a «otras» les llena “Supersubmarina” y similares. Hay quien se emociona con Los Panchos, quien baila con Shakira o quien llora con Álex Ubago. Por cierto, ¿todavía canta este muchacho? Viendo como eran todas sus canciones, estará llorando por algún rincón. Que manera de sufrir la de este chico. No había momento feliz en sus canciones.
Pero bueno, que me desvío del tema. Para gustos los colores. En la boda del sábado pasado el gusto estaba claro. Edu y Amaia tenían una clara preferencia por Cold Play. Toda su relación ha girado en torno al grupo de Chris Martin. Que tampoco sabemos si el grupo es suyo. Habría que preguntar al resto de la banda para saber que opinan. El de Álex Ubago estaba claro que era suyo. Por el nombre mas que nada. Aunque lo del nombre no siempre aclara las cosas. ¿De quien es “ La oreja de Van Gogh”? Ahí os he dejado pillados.
Cold Play. Grupo de nivel mundial. ¿Serán Chris Martin y cía. conscientes de lo que logran influir en personas de todo el mundo? ¿Sentiría algo este señor si supiese que Edu y Amaia escogieron sus temas para pedirse matrimonio, para la ceremonia en la Capilla de San Fermín, para el banquete, regalos y baile nupcial? Todo fue Cold Play el pasado sábado. Incluso la batucada que intervino en el aperitivo en el Hotel Tres Reyes versionó a este grupo.
Nunca sabremos (o tal vez si) si Chris Martin tuvo un hormigueo en el estómago el sábado pasado. O si le pitaron los oídos. Pero si sabemos que Cold Play es la banda sonora de la película de la boda y la vida de Edu y Amaia.
Y bueno, también sabemos que a Álex Ubago, el sábado al menos, no le pitaron los oídos. Al menos, no por esta boda. Y que conste que no tengo nada contra este cantante, que tengo un disco suyo. Original ¿eh?
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Premio

Premio. Si, otro más. Y van unos cuantos. Pero no por eso pierden importancia, para nada. Esta vez ha vuelto a caer uno de Inspiration Photographes. No, no es un premio económico, no nos hagamos películas. Es un premio de esos que te dan un prestigio. Y nosotros tan contentos y tan agradecidos. Cómo no. Pero ( spoiler: ahora viene el momento emotivo de esta entrada) nosotros este premio se lo queremos dedicar a todas las parejas que se deciden por nosotros a la hora de guardar sus recuerdos. Ellos son los protagonistas de cada fotografía premiada y para ellos va la dedicatoria. Las parejas dan pie a esos instantes tan especiales. Ellos son los que hacen posible este premio. Por eso lo celebramos con vosotros.
Momentazo insuperable el instante en el que recibimos un premio. Comenzamos a correr por la oficina gritando de alegría. La camiseta en la cara y los brazos abiertos. Sentimos que nada nos frena en ese momento. Hsta que topamos con la pared del local. Nuestra oficina no es tan grande. El golpe nos devuelve a la realidad. Es un premio, si, pero tan solo es eso. El premio no te quita de trabajar. No te quedas en casa y las cosas suceden por si mismas. En ese momento te paras. Te curas la hemorragia del golpe lo primero. Y después piensas en la fotografía premiada. Y te acuerdas de la pareja. Del instante. Entonces lo ves claro. Quizás un poco mareado todavía por el golpe. Pero lo ves. Son ellos, María y Aimar ( curioso, sus nombres, en diferente orden, contienen las mismas letras) en este caso, los que nos han dado el premio. Por eso os queremos dar las gracias. A vosotros y a todas las parejas que nos quieren con ellos. Esperamos seguir ganando premios. Y si alguno es económico, mejor. Mas que nada para poder ampliar la oficina y no tener esa maldita pared tan cerca. Me marcho a urgencias.
La reina de la fiesta

La reina de la fiesta. En este caso, Nerea es la novia y es la reina de la fiesta. Es un dicho que, a su vez se convierte en un hecho. La novia. El centro de todas las miradas. Observada de arriba a abajo desde que baja del coche. Los ojos de todos y todas se posan en ella. No dejan de mirarla en todo el día. Se observa con lupa cada movimiento, se analiza cada gesto y se comenta cada mirada. El vestido es objeto de críticas mudas, a veces susurradas. El peinado pasa por un exhaustivo y exigente casting. El maquillaje es el destino de más de una mirada. La novia pasa un examen, un riguroso examen. Y siempre aprueba porque es ella, es la novia. Es la reina de la fiesta. Viendo esta fotografía, nadie dudará de lo que estamos contando. Es Nerea en el Hotel Iruña Park de Pamplona. Todo el mundo alrededor de ella, de Nerea, de la novia. Y si, en las bodas también hay un novio, pero esa es otra historia.
Es curioso
Es curioso. Nos pasa en la mayoría de las ocasiones. Recibimos un correo o una llamada preguntando por nuestros trabajos. En lo que respecta al correo, respondemos amablemente a la solicitud, como no podía ser de otra forma. A partir de esta respuesta, comienza el proceso de entrevistas, presupuestos y contratos. Esto, lógicamente, de curioso tiene poco. Lo que nos parece curioso es la llamada telefónica. La primera conversación nos llama la atención. Al otro lado nos encontramos generalmente con una voz que duda. Quiere explicar que desea pero no encuentra las palabras. La mayoría de las veces es una voz nerviosa, temblorosa. Nos dice que se casa (generalmente olvidan decirnos fecha y lugar), que le gustan nuestros trabajos, pero que no saben como se hace esto, como empezar. Y lo mas fuerte de todo, nos tratan de usted. Si, de usted. A nosotros. Que a pesar de las canas, de las arrugas y de las ojeras somos un par de jovenzuelos. Todo esto queda superado cuando llega el momento de la primera entrevista. Una vez nos conocen, lo de «usted» se queda en la percha de la oficina. Pasamos a ser Gorka y Diego. Nos tuteamos mientras vamos ganando confianza. Nos mostramos tal y como somos. Dos tíos encantados de hacer el trabajo que hacemos. Me gustaría decir que somos dos tíos atractivos, pero mentir está muy feo.
El bosque.

El bosque. La nieve. Lo viejo. ¿El mar o la mar? para evitar polémicas, digamos la playa. Estos lugares son algunos de los que las parejas tienen en mente a la hora de decidirse por su sesión post boda. Algunas veces tienen clarísima su decisión. Ya sea por motivos sentimentales, por motivos tradicionales o por cualquier otra motivo. Pero la mayoría de las veces nos lo dejan en nuestras manos. Y no os vamos a engañar. Para nuestras manos, decidir no es fácil. Lugares nos vienen muchos a la mente. Todos ellos estupendos. Pero lo que para nosotros es estupendo, tal vez para la pareja no lo sea. Así que a veces nos encontramos ante la circunstancia de elegir un lugar y acabar donde la pareja realmente quiere. Con Cristina y Asier no nos vimos en esta tesitura. La idea la tenían clara. La post boda debería ser en Urbasa. Gran acierto. El resultado es fantástico. De ahora en adelante, Urbasa estará en la lista de nuestros lugares estupendos.