Miradas

Dos personas nacidas a miles de kilómetros de distancia. James en Sudáfrica. Marta en Navarra. James recorrió medio mundo hasta dar con Marta. Sudáfrica, México, Colombia y España entre otros. Un día llegó a Zizur y mientras se comía un helado almendrado en la tienda de su amigo Roberto, Marta apareció para comprar chicles de melón y ya nunca se marchó. Se quedó con James hasta hoy. Algo pasó en aquella tienda, aquel día y en aquel momento. James ya no se pudo quitar de la cabeza a aquella chica que compro 30 chicles pero que en realidad se llevó el triple. Se miraron, se hablaron lo justo, pero se miraron. Y lo hicieron de la misma manera que se miran hoy. Ha sido una boda de palabras, de momentos, de risas y de emociones. Pero sobre todo ha sido una boda de miradas. Esas miradas que empezaron en la tienda de chuches de Roberto y que han continuado en las Bodegas Otazu. Muchas veces perdemos el tiempo en buscar palabras con la que explicar sentimientos, cuando tal vez lo mas sencillo sea una mirada. Sin palabras, sin gestos, en silencio. Esas miradas que te hacen escuchar, ver y sentir. Esas miradas.