Mario y su primera comunión. No puede dejar de contar los días que le faltan para celebrarla. Cuando le propuse a la familia la realización de este reportaje, al principio le saltaron las dudas habituales. Ponerse delante de una cámara, posar, las muecas…. Aun así, se animaron y este es el resultado. En el maravilloso Parque de los sentidos de Noáin, logramos unas imágenes naturales, sin poses forzadas ni obligadas. A mi al menos, la sensación que me quedó, fue la de una tarde diferente, divertida y con un ambiente distendido y agradable. El tiempo acompañó, y la tarde se nos fue en un visto y no visto. Mario empezó la tarde con nervios, serio, le costaba comportarse natural, no es de extrañar, una cámara pendiente de todos tus gestos y movimientos no es habitual. Pero ahí apareció el invitado clave, el balón (Tom Hanks tuvo en su día un gran amigo en un balón). Fue echarlo a rodar y ponerse los guantes y apareció otro Mario. Su tío se ofreció para ejercer de futbolista, y Mario, con su ídolo Iker Casillas en mente, se dedicó a detener los «misiles» que le lanzaba su tío, mientras su hermana Julia insistía en participar. Ahí apareció el padre para con una buena merienda quitarle esa idea de la cabeza a la pequeña. Después , ya con la madre y la abuela, dimos de comer a las gallinas del parque y jugamos a la consola. Y ahí fui consciente de que me hago mayor, ¡Que velocidad moviendo los dedos sobre la maquinita! Desde luego, yo incapaz, me quedé en las primeras Atari.