La vida pasa. La vida nunca se detiene. Sin embargo, hay momentos en los que la vida parece que hace un esfuerzo por esperar, por pararse un momento. Suele ser un instante fugaz. Un momento que para una persona puede durar minutos y sin embargo para el resto del mundo no significa nada, un detalle a lo máximo que pasa desapercibido. Ese tiempo detenido es una fotografía que la propia vida hace y que nos regala. Esa fotografía, con el paso de los días, meses o años, se va desenfocando, va perdiendo color, e incluso a veces llega a desaparecer. Esa fotografía es la que nosotros pretendemos hacer realidad. La fotografía de ese gran pequeño momento se merece perdurar. Porque la vida pasa, si, y muy deprisa. Pero los recuerdos quedan. O deben hacerlo.
La vida pasa
