Observando. Así le hemos pillado a usted, señora. Cual sagaz detective. Se gasta un aire a lo Jessica Fletcher. La Fletcher era una señora muy gafe que allí donde iba, alguien moría. Para rato le invito yo a mi casa. A la Fletcher, no a usted. A usted, me lo pienso,que tampoco la conozco.
¿Nunca le habían dicho que se parecen? Pues ahora voy yo y se lo digo. Del disfraz detectivesco que usted utiliza no puedo poner pegas. Quizás una ligera falta de accesorios. Las gafas, correctas. La gabardina, adecuada. El foulard (leo en Google que se escribe así aunque yo hubiera puesto fular, a secas), pashmina, pañuelo, echarpe o lo que sea que lleve usted al cuello (para mi todo es lo mismo, para mi mujer seguro que no), precioso. El peinado, le favorece. Bonito paraguas también. Ideal para la lluvia, aunque no para el sol, al ser transparente, no da sombra. Pero le falta algo. No sé. Tal vez un periódico con dos agujeros por donde escudriñar con disimulo lo que se cuece en el interior de la peluquería de José Garcia. Por lo demás, perfecto. Lo que no puedo evitar es pensar qué se le pasa por la cabeza en ese preciso instante. Su gesto parece indicar que algo no le gusta. Tal vez piense aquello tan manido de “estos jóvenes de hoy en día se hacen unas cosas…”. Pero esto solo es un suponer. Nunca sabré qué pasaba por su cabeza en ese instante. Lo único que tengo claro es que esta foto de Gorka me encanta. Por espontánea. Por fresca. Por curiosa. Y me refiero a la fotografía, no a la señora. Un abrazo desde aquí a Angela Lansbury, a la auténtica y a su doble.
Jessica Fletcher
