¿Cuando?

¿Cuando? Esa era la pregunta que me repetían los invitados a la boda de Arantza y Jon el domingo. Si, el domingo. El lunes era festivo en esta nuestra comunidad. Así que Arantza y Jon aprovecharon el día para casarse. No eligieron cualquier restaurante. Eligieron el Maher de Cintruénigo. Antes de que se me olvide comentarlo, un restaurante al que es una gozada acudir a trabajar. Todo son facilidades en todo momento. Y creo que es justo agradecer el trato que nos dispensan cada vez que vamos. Así que desde este modesto blog, un millón de gracias.
A lo que iba, que me pongo a pensar en el gazpacho y me evado. Llegó la hora del baile en la boda de Arantza y Jon. Y para nosotros esa hora significa proyectar el video SDE. El video editado esa misma tarde, mientras los novios, sus familias e invitados disfrutan de un suculento banquete. A nosotros en ese rato nos da tiempo de volcar tarjetas, seleccionar planos y editar un video de alrededor de dos minutos con los mejores momentos del día. Nos da tiempo a eso y a veces nos da tiempo hasta de comer.
El momento de proyectar ese video es una mezcla de sentimientos para nosotros. Los nervios a flor de piel. Tiene que salir todo bien. Si hay aplausos, la autoestima por las nubes. Si hay indiferencia, guardamos las nubes para que otro día la autoestima pueda subir hasta ellas. Y el domingo hubo aplausos, hubo emoción, lagrimas y felicitaciones. Muchas de ellas. Tantas que te sientes abrumado. Pero se agradecen mucho. Mucho no. Muchísimo. La autoestima subió mas alto que las propias nubes. Y el subidón de motivación extra que sufres te dura muchos días. Así que desde aquí queremos dar las gracias a toda ese gente que nos animó a seguir así, que nos traslado su admiración y asombro. A toda esa gente que nos mostró su interés. Y sobre todo a Jon y a Arantza. Porque ellos nos dieron la oportunidad de mostrar nuestro trabajo a un más de un centenar de personas. Ellos fueron los protagonistas de este trabajo. Unos grandes protagonistas.
¿Cuando? Cuando podemos…